La ginecomastia hace referencia al aumento anormal del tejido mamario en los varones. Se trata, por lo tanto, de un crecimiento excesivo de las glándulas mamarias en hombres. Lo cual no debe confundirse con la acumulación de grasa en la zona, que recibe el nombre de pseudoginecomastia o adipomastia. Pero en muchas ocasiones ambos conceptos se dan al mismo tiempo y existe tejido anómalo mamario y también graso en el tórax del varón, dando un aspecto parecido al de una mama o pecho de mujer.

Una de las primeras verificaciones que podemos hacer para comprobar que posible nos encontremos ante un caso de ginecomastia, es la palpación del pecho. Una segunda verificación o prueba para descartarla es la mamografía o bien la ecografía. Si el seno al tacto es muy blando, y en una de estas dos pruebas de imagen no aparece glándula mamaria, hablamos de un exceso de grasa o pseudoginecomastia, el cual puede eliminarse con una liposucción o lipoláser del pecho. Pero en cambio, si es más duro o consistente, y en las pruebas de imagen anteriormente expuestas aparece tejido glandular mamario, nos enfrentamos a una ginecomastia propiamente dicha. En éste último caso, su único tratamiento efectivo implica una cirugía propiamente dicha para extirpar el exceso de tejido glandular. Sin embargo, no es una intervención demasiado compleja que implique un postoperatorio molesto y los resultados son muy satisfactorios. Por otro lado no deja prácticamente cicatrices visibles.

La ginecomastia es una anomalía mamaria muy frecuente. Pero se trata de un tema prácticamente tabú, puesto que conlleva muchas insatisfacciones, traumas y complejos en aquellos hombres que la padecen y no se atreven a hablar de ello. Las cifras apuntan a que entre el 40 y el 60% de los hombres españoles sufren o han sufrido ginecomastia, experimentando graves dificultades para llevar a cabo una vida normal: vestir con ropa más o menos ajustada a su talla, hacer deporte, ir a la piscina o playa, etc.

A parte de esas molestias en la calidad de vida y la aparición de problemas de autoestima o psicológicos, la ginecomastia también puede producir otra serie de síntomas desagradables en los pacientes como molestias o cierto dolor en la glándula mamaria y excesiva sensibilidad en los pezones. Se dan incluso casos en los que se produce cierta secreción de leche a través del pezón pero éstos por suerte son poco frecuentes. Enseguida debe consultar con el médico o cirujano.

No hay una respuesta única e inequívoca para explicar la aparición de este crecimiento anormal de la mama en varones puesto que puede deberse a múltiples factores. Incluso puede no encontrarse ningún factor determinante que haya podido propiciar su aparición (ginecomastia idiopática).

Los propios cambios hormonales que experimenta un hombre a lo largo de su vida pueden explicar la aparición de este problema. Estas alteraciones hormonales suelen responder a factores fisiológicos; o bien a causas externas, como el consumo de determinados fármacos, anabolizantes u otras sustancias.

Por ejemplo, y aunque parezca sorprendente, la ginecomastia puede aparecer en un número importante de recién nacidos, debido al exceso de estrógenos que todavía quedan en su torrente sanguíneo tras el nacimiento.

La ginecomastia puberal en adolescentes, por su parte, es más común de lo que imaginamos. Y se debe a los propios desequilibrios hormonales típicos de la adolescencia. Esta circunstancia es especialmente delicada, puesto que suele conllevar problemas psicológicos. Muchos adolescentes renuncian a su vida social y se “ocultan”, porque sienten vergüenza de su anomalía.

No siempre esta ginecomastia adolescente desaparece. En muchos casos se prolonga más allá de los 17 años de edad, provocando que se agraven los conflictos emocionales: se recrudecen los complejos, la ansiedad y la falta de autoestima.

En otros muchos casos, en varones adultos, también pueden producirse alteraciones hormonales de difícil identificación. Que implican una reducción significativa de la testosterona en comparación con el estrógeno. O bien hablamos de pacientes que llevan arrastrando este problema desde etapas anteriores de su vida.

Tampoco podemos perder de vista las consecuencias de determinadas enfermedades. Los problemas vinculados a las glándulas endocrinas (tiroideas, testiculares, etc.) pueden implicar un crecimiento anómalo de las mamas masculinas. O el surgimiento de algunos tumores, como los prolactinomas benignos. Por ello siempre es fundamental una exploración completa del paciente, y ciertas pruebas médicas para determinar si existe correlación directa con algún tipo de patología. A veces es necesario administrar un tratamiento independiente de la cirugía para tratar la causa.

Por otro lado, y como anticipábamos, la ginecomastia también puede aparecer como consecuencia de algunos tipos de medicación. O por el abuso de sustancias estupefacientes: las anfetaminas, el alcohol, o incluso la marihuana pueden estimular este desarrollo anormal mamario.

El uso de anabolizantes, algunos antidepresivos y ansiolíticos, tratamientos oncológicos, o también medicamentos contra el VIH pueden ser culpables de la aparición de ginecomastia.

Aquellos hombres que sientan molestias o disconformidad con el aspecto excesivamente grande de sus pechos por crecimiento de la glándula mamaria o bien por excesiva grasa en ellas con peso normal o casi normal. Especialmente para aquellos que les afecte negativamente en su seguridad y autoestima y que quieran mejorar su calidad de vida solucionando este problema.

Cuando el paciente llega a nuestras consultas por un problema de este tipo, tal y como ocurriría con cualquier otro tipo de tratamiento o cirugía, la Dra. Marta Payá analiza las características del paciente, y valora si es el tipo de paciente adecuado para este tipo de cirugía, elaborando un minucioso estudio pre-operatorio. Así mismo solicitará las pruebas necesarias que se requieran para el caso en concreto. En esta etapa no solo entran en juego las condiciones de salud previas del paciente y la presencia de hábitos tóxicos en su vida, sino que se analiza con meticulosidad la configuración de su torso y en qué medida la anomalía mamaria afecta a la armonía de su cuerpo.

Cuando nos enfrentamos a un caso de ginecomastia propiamente dicha, que no se debe a un exceso de grasa, hay que extirpar la glándula mamaria y el exceso de tejido graso que exista alrededor de ella. Para ello, se practica una incisión en la parte inferior de la areola, que nos permita extraer esa glándula mamaria que ha crecido demasiado.

Toda cirugía entraña sus propios riesgos. A pesar de que las complicaciones después de una ginecomastia o cirugía de la mama en varones no son muy frecuentes ni de grave importancia, siempre que se respeten las indicaciones postoperatorias, el paciente debe estar completamente informado y contar con todos los detalles antes de tomar una decisión. La Dra. Marta Payá aclara todas las dudas de sus pacientes, de forma personalizada, desde la primera consulta.